viernes, 19 de noviembre de 2010

Poema a las bragas.

Prenda sutil y delicada,
de sedas y blondas finas,
del arco iris coloreada,
¡como te fijas en mi retina!

Braga rosa, negra o azulada,
compañera eterna del placer,
celestina de vírgenes y hadas,
y cómplice hasta el amanecer.

¡Braga de mi amada ignota!
grácil como una gaviota,
lentamente y ágil trotas,
y entre sus muslos te colocas.

¡Malhaya mi suerte braga!
de no ser yo esa malvaloca,
hechicera, maléfica maga,
que en ti, braga, se troca.

¡Oh! braga de mi retenida,
guardián receloso de su tesoro,
mi alma envidiosa se suicida,
celos del cristiano y del moro.

Rito sacrosanto y pagano,
descenderte de tu pedestal,
muy lentamente con las manos,
del templo de una virgen vestal.

Desprendes perfumes de sales,
efluvios de mi amada en celo,
que alegran mis fosas nasales,
cuando con pasión te huelo.

¡Oh! braga embelesada,
mi alma ante ti se inclina,
pones mis carnes moradas,
y los dientes me rechinan.

De tus bragas llenen mi estancia,
negras, verdes, azules o malvas
impregnadas de la fragancia
que enanan de entre tus nalgas.

Braga en mis neuronas enquistada
como un torrente en mis quebradas,
tus flujos fluyen por mi mente en cascada.




daría mi mundo, por ser una braga.
Aportacion: Febarsal@

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